Miriam tiene 24 años, ella comenzó a presentar cansancio, pérdida del apetito y caídas desde su altura, por lo que acudió al médico, quien le comentó que presentaba toxinas en la cabeza y también detectaron que tenía un riñón más pequeño que el otro. El de tamaño normal hacia la función de los dos, por lo que inició con un tratamiento a base de diálisis peritoneal y le realizaron un trasplante de riñón, pero desafortunadamente no tuvo los resultados esperados. Al poco tiempo presentó una peritonitis, debido a una infección que le provocó el catéter, el cual se lo retiraron y le colocaron otro, pero de hemodiálisis. Para permanecer estable le realizan 3 sesiones por semana. Vive con sus abuelos, de 58 y 62 años. La familia subsiste de la pensión que le brindan a su abuelo, pero es mínima e insuficiente para cubrir sus necesidades básicas. Él está postrado en cama debido a las secuelas de dos embolias que sufrió.